En una charla íntima con Héctor Maugeri, Benjamín Rojas se abrió como pocas veces sobre sus inicios en el mundo del espectáculo, revelando cómo fue el momento en que Cris Morena lo descubrió y lo invitó a formar parte de su escuela artística, a los once años.
“Había hecho un comercial y el director le habló a Cris. Yo era parte de un grupo de chicos que le recomendaron”, contó. Tras una reunión inicial, lo que parecía solo una prueba se transformó en el punto de partida de una carrera que marcaría su vida para siempre.
“Nos preguntó si queríamos aprender a actuar, cantar y bailar. Dije que sí sin pensarlo. Para mí fue todo muy mágico”, recordó.
Antes de pisar la televisión, Rojas atravesó un año completo de formación. “No fue directo a la pantalla. Aprendimos desde cómo leer un guion hasta cómo pararnos frente a una cámara. Fue todo muy gradual y cuidado”, explicó. Esa preparación le permitió enfrentar con naturalidad su ingreso a Chiquititas y, más tarde, a Rebelde Way, donde alcanzó proyección internacional junto a Erreway.
Aunque vivió un boom de popularidad, Benjamín aseguró que su familia fue clave para mantener los pies sobre la tierra. “Cuando volví de llenar estadios en Israel, mi hermano me mandó a comprar pan. Esa fue mi bienvenida”, recordó entre risas.
Sobre la fama, reflexionó: “Nunca fue mi prioridad. Me interesa crecer como actor. Esta carrera es una montaña rusa, pero lo importante es haber transitado el camino”. A más de veinte años de su debut, aquel chico de La Plata sigue valorando la magia del primer día.
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