En septiembre de 2020, Franco Giordano, hijo mayor de la inolvidable actriz Romina Yan, dejó a su familia y seguidores sin palabras con un gesto profundamente conmovedor. Para celebrar lo que hubiera sido el 46º cumpleaños de su madre, Franco entregó a su abuela, la reconocida productora Cris Morena, un retrato de Romina pintado por el artista Lukas Nicolino, especializado en murales y obras personalizadas.
Este cuadro se convirtió en un homenaje lleno de amor y nostalgia, inmortalizando la esencia de la actriz que marcó a toda una generación.
Cris Morena no tardó en compartir su emoción con el mundo a través de sus redes sociales. Acompañando una imagen del retrato, expresó: “Con mucha emoción les quería mostrar este maravilloso cuadro de mi hija, que me regaló Franco para el cumpleaños de Ro. Es bellísimo. Me pone tan feliz. Es muy emocionante, es muy fuerte ver el alma y la cara de mi hija”.
Las palabras de Cris reflejaron no solo el impacto de este regalo, sino también la fortaleza y unión de una familia que mantiene viva la memoria de Romina.
El legado de una madre en los pasos de su hijo
Franco, quien tenía 20 años al momento de este emotivo gesto, ha continuado desarrollando una carrera artística que honra el legado familiar. Siguiendo los pasos de su madre, ha incursionado en la música y la actuación, adoptando el nombre artístico de Franco Yan como un tributo a ella.
En 2023, amplió sus horizontes al debutar como modelo para una prestigiosa marca de indumentaria, demostrando su versatilidad en el mundo del espectáculo.
Pero el vínculo de Franco con su madre no se limita a los escenarios. En noviembre de 2023, compartió en una entrevista que siente la presencia de Romina a través de pequeños “mensajes” en su vida diaria, una experiencia que describe como una conexión espiritual que lo acompaña constantemente.
Además, en fechas significativas como el que hubiera sido el 50º cumpleaños de su madre en septiembre de 2024, Franco ha emocionado a sus seguidores con publicaciones que incluyen fotografías inéditas y reflexiones llenas de amor.
Este retrato de 2020 no solo es una obra de arte, sino también un símbolo del amor eterno de una familia que, pese a la ausencia física de Romina Yan, encuentra formas de mantenerla presente en cada recuerdo, en cada gesto y en cada momento compartido.
Su legado, tanto personal como artístico, perdura en las nuevas generaciones, llevando consigo un mensaje de amor que trasciende el tiempo.
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