Gerardo Chendo, conocido por sus memorables interpretaciones en los éxitos de Cris Morena, dejó una marca imborrable en la televisión argentina. Desde su papel como el corrupto Bonilla en Floricienta hasta el hilarante Mogli en Casi Ángeles, Chendo demostró su versatilidad y carisma.
A sus 54 años, el actor continúa activo en el mundo artístico, alternando entre la actuación, la dirección y la docencia, una faceta que abraza con pasión desde hace más de 16 años.
En sus comienzos, Chendo compaginaba su vocación artística con oficios como el de pintor, hasta que encontró su oportunidad en el mundo de la publicidad. “Era un tipo con cara publicitaria, guapo y comediante”, recordó en una entrevista.
Aquella experiencia no solo le permitió vivir del arte, sino también viajar, aprender de grandes maestros y abrirse camino en el cine, el teatro y la televisión.
H2: De las cámaras a los geriátricos: un compromiso con los más vulnerables
Además de su trabajo en pantalla, Chendo ha encontrado una forma de devolver sonrisas a los más olvidados: los adultos mayores. Junto a Mike Amigorena y Andrés D’Adamo, lidera Jubilandia, un espectáculo de humor y música que recorre geriátricos llevando alegría y emoción. “Es la cosa más hermosa que hacemos”, expresó.
Este proyecto, realizado de manera ad honorem, prioriza residencias con pocos recursos, un gesto que refleja el compromiso social del actor.
La iniciativa no solo nació de su amor por el arte, sino también de su experiencia personal. “Mi mamá tuvo Alzheimer, y eso me abrió los ojos a un mundo que está muy postergado”, confesó.
Con canciones y comedia, Jubilandia no solo logra que los mayores se sientan jóvenes nuevamente, sino que también reivindica el valor de una etapa de la vida muchas veces relegada.
Un legado que trasciende generaciones
A pesar de no haber recibido una propuesta para participar en Margarita, la secuela de Floricienta, Chendo no descarta la posibilidad de volver a trabajar con Cris Morena. Sus años junto a la productora los recuerda como “una experiencia intensa y divertida”.
Hoy, mientras espera el estreno de Putas, su nueva película, Gerardo Chendo sigue demostrando que la actuación no solo es su pasión, sino también un puente para conectar y transformar vidas. Con proyectos como Jubilandia, su legado no se limita a las generaciones que crecieron viéndolo en pantalla, sino que también toca los corazones de quienes más lo necesitan.
Fuente: La Nación
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