Nicolás Francella: “Estoy orgulloso de trabajar en un programa que cuenta una historia con tanta verdad"

“Trabajar en proyectos de Cris Morena es una gran responsabilidad porque siempre dejan una huella en la gente”, admitió Nicolás Francella, protagonista de “Aliados”, la tira juvenil de la creadora de “Chiquititas” que el próximo miércoles terminará su primer temporada a lo grande, con una función especial en el Teatro Gran Rex.


“Estoy orgulloso de trabajar en un programa que cuenta una historia con tanta verdad, que aborda temas que pasan en la vida real y que genera identificación en el público”, explicó Francella a Télam sobre la peculiar trama que cuenta el vínculo de seis chicos signados por distintos flagelos sociales y otros tantos seres de luz que tienen la misión de salvarlos.

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“Y en lo personal -agregó el actor- me parece importante que un espacio televisivo enfocado a un público joven se ocupe, además de entretener, de mandar mensajes correctos o que hagan pensar”.

Sucede que “Aliados”, la ficción que marcó el regreso de Cris tras la muerte de su hija Romina Yan en 2010, cuenta a través de Telefé la historia de seis jóvenes “perdidos” por la anorexia, el egoísmo, la soledad, el abandono y el bullying.

Solos, superfluos y conflictivos, estos chicos de existencia anodina se convirtieron en los blancos perfectos de los seres de luz, almas nobles que tienen la misión de salvarlos, mostrándoles un camino en donde el cambio es posible. Y en este grupo está Inti, el personaje que encarna Nicolás y con el que marcó su debut televisivo.

Y si a la fuerza natural con la que las producciones de Morena irrumpen en la pantalla y -fundamentalmente- en el imaginario adolescente, se le suma una trama transgresora de trazos metafísicos y una propuesta multiplataforma con fuerte impacto en las redes sociales, desde el vamos el resultado prometía ser explosivo. Y lo fue. Y promete seguir siéndolo en 2014. Así es como, desterrado de su anonimato, el hijo del protagonista de “El hombre de tu vida” se las vio cara a cara con el reconocimiento, la fama, ese premio de dudoso buen gusto que estuvo presente en cada salida que hacía con su padre, desde que tiene uso de razón.

“Decir que a uno le gusta la exposición es peligroso, porque no es que la disfrutás, sino que aprendés a que se convierta en una parte de tu vida, porque viene de la mano de trabajar en la televisión”, contó Francella.

“Está bueno que te brinden amor y te elogien en laburo. Y en algo tan masivo como un programa de Cris y que además apunta a un público adolescente, siempre se generan caos y gritos que pueden ser abrumadores. Pero entendí que equivalen al reconocimiento de lo que estás haciendo”, dijo.

Pero el reconocimiento no proviene sólo de la febril histeria juvenil femenina. Sucede que este año, el mismísimo en el que Nicolás decidió que era momento de capitalizar sus cinco años de estudio de teatro, para que las propuestas comenzaran a caer a sus pies.

Es que además de “Aliados”, el 2013 trajo consigo un doble debut y la pantalla grande lo mostró protagonizando “Corazón de León”, la película de Marcos Carnevale en la que trabajó con su papá, Guillermo, y Julieta Díaz.

“Yo decidí animarme a meterme en este mundo sabiendo que podía venir cualquier cosa. Sé que no es fácil entrar siendo `hijo de´ sin que te lo hagan sentir. Pero por suerte se me divorció rápido de mi viejo y la gente pudo rescatar mi trabajo”, contó el actor, que confesó ser un arquitecto frustrado.

“De todas formas -añadió- al momento de actuar trato de no darle mucha bola a esas cosas. Cada uno opina lo que quiere y a mí por suerte eso no me limita: admiro mucho a mi viejo y lo escucho, pero en lo personal ser hijo de quién soy, es algo más de mi realidad y nada más”.

Por último, el joven que a poco de terminar el año ya fue convocado a ser parte de “La celebración”, el unitario de Telefé que verá la luz en 2014, sostuvo que “siempre hubo algo de lo creativo dando vueltas” pero nunca, hasta ahora, había decidido convertirse en actor.

“Cuando egresé empecé a estudiar teatro a la noche mientras cursaba la carrera de Publicidad, pero no había encontrado mi vocación todavía. Después, como todo me parecía muy teórico en la facultad, decidí hacer una pasantía en agencia que era algo creativo y que ya me venía picando”, describió el joven.

“Hasta que tuve la posibilidad de empezar a trabajar en producción para Telefé y ahí la cabeza me estalló. Me encantó el mundo en el que estaba metido. Ya de chico -repasó- iba a visitar el canal y había algo de la mística del lugar que me llamaba.
Hasta que cuando finalmente me animé a ponerme delante de la cámara, ya entendía cómo funcionaba todo el engranaje”.

FUENTE: TÉLAM.