La provincia de “la tierra colorada” los recibió con una noche típicamente húmeda y extrañamente fría para tales latitudes, grillos sonando en derredor y el aire límpido. “¡Qué lindo es respirar acá!”, se la escuchó decir a Lali Espósito respaldada por la sonrisa de beneplácito de su única compañera femenina en la banda, Rocío Igarzábal. A pesar del cansancio estaban eufóricos y no bien pusieron un pie en la manga para descender del avión comenzaron a cantar y saltar. Se terminó la timidez. Es que, al menos las mujeres, no conocían al accidente geográfico que se candidatea a maravilla del mundo y no esperaban conocerlas tan pronto. Originalmente, el video de "Mírame, mírate", el segundo corte del último disco de la banda, Teen Angels 5, se iba a grabar en Israel, pero Inprotur, organismo de difusión del turismo en la Argentina que depende del ministerio de Turismo de la Nación, y el ministerio de Turismo de Misiones, los invitaron a realizar el rodaje en las Cataratas para ayudar a impulsar su candidatura a nivel internacional.
Día 1 de rodaje. La comitiva se levantó temprano. A las 8 ya bullían los selváticos pasillos del hotel Loi Suites, donde se hospedaron los Teen Angels. Un puente colgante que conectaba las habitaciones con el edificio principal no paraba de zarandearse con la ida y vuelta de Inés y Marcelo, la maquilladora y el peinador respectivamente, que se ufanaban por dejar perfectos a los cinco jóvenes a los que embellecen desde hace casi una década. En el lujoso lobby esperaban todos que Nicolás Riera, Tacho para fans y amigos, terminara de lookearse mientras dos miembros del equipo de producción relataban sendas anécdotas de encuentros cercanos con arañas la noche anterior. Es que el hotel se encuentra literalmente en el centro de la selva misionera, rodeado por su follaje y sus habitantes de toda especie. La sola mención del arácnido erizaba la piel de Peter Lanzani y su expresión de pánico era tan notoria que tuvo que confesar: "Grito como un nene si me aparece una en mi habitación. Les tengo fobia".
“¿Qué es eso? Parece el Oso Arturo”, dijo Lali entre carcajadas por su propia ocurrencia no bien entró al Parque Nacional Iguazú. Inmediatamente, Rocío y Gastón, haciendo gala de su amor por la naturaleza, corrieron al encuentro del coatí que señalaba su amiga e hicieron buenas migas con él. “Yo soy de Coronel Suárez, me crié entre animales”, bromeó Gastón, conocido como Rama por sus fans de Casi Angeles, mientras Rochi gatillaba su cámara de fotos profesional como una posesa. “Por ahora estoy jugando, pero me encantaría dedicarme a la fotografía porque es algo que me apasiona”, confesó a esta cronista la última cantante que se incorporó a la banda tras el alejamiento repentino de María Eugenia Suárez.
Saltaron un cartel que decía “Prohibido pasar” con la ayuda de dos guardaparques y bajaron un escarpado sendero hasta el borde del río, con el salto Dos Hermanas a escasos metros de distancia. Las Cataratas se erigían imponentes a sus espaldas cuando empezaron a cantar para grabar las primeras tomas del videoclip, aturdidos por el poderoso ruido de la corriente y empapados por el “spray” que salpicaba la caída de agua. Es que el río alcanzaba por esos días un inusual pico de caudal: si lo normal es 1600 metros cúbicos por segundo, cuando los Teen Angels se aproximaron a la orilla el torrente se medía en 9000, luego de una semana de excepcional crecida en la que el lecho del río se vio desbordado por un pico de 12 mil metros cúbicos por segundo, todo un récord. "Una vez llegamos a los 36 mil. Se llevó todo", contó uno de los guías ante ojos azorados.
El sol dispersó la bruma justo cuando los Teen Angels empezaban a temblar de frío tras casi tres horas de filmación a la sombra de las cataratas. A ese cálido alivio se le sumó el descanso de un almuerzo distendido en los jardines de un hotel cuya vista privilegiada del paisaje iguazuense reconforta. Así estaban cuando una sorpresa los dejó sin palabras: tres fanáticas , una española y dos argentinas, se presentaron con una torta para los cumpleañeros, Rocío y Peter, y regalos al por mayor. Viajaron exclusivamente para acompañarlos en su día y contaron sin tapujos que su fanatismo las hace recorrer el mundo tras sus pasos. "Siempre están en primera fila en nuestros recitales", comentó orgulloso Gastón. La pasión de sus fans no tiene fronteras: también se dieron cita en el parque dos adolescentes de Paraguay, que condujeron las cuatro horas que separan Asunción de la triple frontera solo para encontrarse con sus ídolos. "No vimos nada de las Cataratas, estábamos concentradas en seguirlos", admitieron a este medio, felices por haber cumplido su cometido. Algo similar ocurrió con tres seguidoras israelíes, que viajaron a la Argentina para ver los recitales que los Teen Angels realizaron en el Gran Rex esta temporada de invierno, y luego emprendieron un recorrido por el interior del país, para concluir en Iguazú el mismo día y en el mismo hotel donde arribaría la banda.
"No puedo hacerme cargo de todo lo que me dicen los fans porque no puedo sentirme tan especial como me ven", reflexionará Lali más tarde. Durante toda la jornada sortearon jóvenes y no tan jóvenes seguidores de la banda que no bien los reconocieron se abalanzaron sobre cada uno de los cinco miembros del grupo en busca de un autógrafo, foto, abrazo o tan solo de poder declararles su amor. "Lali sos la luz de mi vida", "Peter te amo", "Rochi sos una diosa, te amo". Los elogios se repiten como jaculatorias a cada paso que dan. Incluso un grupo de niñas logró colarse en la conferencia de prensa que ofrecieron en el hotel, para ver cómo sus adorados recibían el primer disco de oro por el éxito de Teen Angels 5, y votaban al unísono por las Cataratas para que sean nombradas "Maravilla del mundo".
La noche los recibió extenuados. Se echaron en los camastros que bordean la espectacular piscina del hotel a esperar la cena mientras comentaban los acontecimientos de la jornada. Peter y Tacho seguían con energías para hacer un chiste tras otro. Los demás lucían cansados pero contentos.
Ya en la mesa, brindaron por los cumpleañeros y cantaron el "Cumpleaños feliz" con renovada algarabía. Peter pidió carne con papas. Gastón y Lali, fideos con salsa de hongos. Rochi, vegetariana por amor a la naturaleza, lasaña de verduras. Tacho, milanesas con puré. La charla se concentró en innumerables anécdotas de viajes y en intentar explicar el fenómeno que representan sus incondicionales fanáticos, hasta que el director del videoclip, Mariano De María, tomó la iniciativa de levantarse con sutileza. Los demás lo imitaron. El día siguiente prometía ser más agotador aún.
Día 2. Algunos prefirieron no desayunar. "Inés, ¿me maquillás en 15 minutos?", pidió Lali, para poder despertarse lo más tarde posible. A las 8 ya todos estaban sumergidos nuevamente en el fondo del cañadón que desemboca debajo del salto Dos Hermanas. Fue una mañana súper productiva, según los técnicos. Concluyeron las tomas más representativas del escenario natural y dieron el toque final en una antigua casona de campo semi abandonada en las inmediaciones del parque. Allí los descubrieron varias delegaciones de colegios que tuvieron la ocasión de sacarse fotos con los chicos y volver a sus casas con una sonrisa más grande que la que dibuja la maravilla natural más importante de la Argentina. Parece que para muchos, encontrarse a los Teen Angels es más emocionante aún que ver las Cataratas.
Una nube voluptuosa comenzó a cernirse sobre el parque justo cuando el director gritaba "¡Corte! ¡Terminamos!", y una ovación casi futbolera se hizo oír. El mediodía había pasado hacía una hora y media y la mayoría no comía nada desde el alba. Mucho más relajados, los Teen Angels se pasaron el resto de la tarde bromeando entre ellos, tomando jugos y jugando al ping pong. Algunos tomaron una siesta y no pusieron reparos a la hora de charlar con la prensa, café mediante, panqueque de dulce de leche en el caso de Peter. "Bailamos mucho, así que no hace falta que estemos cuidándonos con las comidas. Pero sin dudas el que menos se preocupa es Peter", dijeron casi en canon Tacho y Gastón ante los ojos inocentes de su compañero que se defendió sacando a relucir su pasado fornido en el rugby. Así, entre chistes y buen humor, los cinco se ayudan mutuamente a disfrutar de lo bueno, lo malo y lo feo de esto que tanto les gusta ser: una banda que se llama Teen Angels.
Fuente: Revista Hola
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