Poli (Candela Vetrano) es una chica que tiene un hermano menor, Filo (Facundo Parolari), una amiga, Mía (Olivia Viggiano), y una madre (Adriana Salonia), va a un colegio de nombre inglés, como corresponde. Además, se enamora perdidamente, de sólo escucharlo tocar la guitarra y cantar, de Félix (Pablo Martínez), un vecino que se acaba de mudar al lado. Lo único que la hace un poco distinta es que tiene poderes y es muy torpe, lo que la convierte en la Supertorpe del título de la nueva comedia adolescente de la factoría Yankelevich.
Creada y dirigida por Tomás Yankelevich, Supertorpe (de lunes a jueves, a las 18.45, por Telefé) mostró en su capítulo debut la sana intención de tomar distancia de cualquier pretensión moralizante, instalándose de movida en un plano de fantasía ágil y de buen ritmo televisivo.
Los detalles argumentales más relevantes del arranque de la historia fueron que Poli necesita un disfraz -todo superhéroe que se precie de tal debe tenerlo-, que los únicos que saben de sus poderes son su hermano y su amiga, que su madre lo ignora, que Félix se suma como nuevo compañero en el colegio y que el padre (de quien aún se ignora su destino) le ha dejado a Filo un video grabado en el que le pide que ayude a su hermana a controlar sus superpoderes. Porque ese es el otro problema de la protagonista, cuando se pone nerviosa o se le mezclan sus sentimientos, pierde el control de sus poderes y es capaz de provocar desastres. Más aún, en la grabación, el padre le advierte que va a llegar alguien que lo ayudará a encarrilar los superpoderes de Poli. Un par de escenas después, esa persona llega al hogar: es Chin (Chen Min), la niñera china.
Poli se define a sí misma como “una chica normal, pero con poderes”. Poderes clásicos como correr, saltar, volar, oír, teletransportarse, romper vidrios con su canto agudo y un par de etcéteras. Su enamoramiento de Félix hacer aflorar todas sus torpezas juntas, y Filo no parece dar abasto para cubrir todos los desaguisados de su hermana superpoderosa. Para colmo, al estar él a su vez profundamente enamorado de Mía, la amiga de Poli, el tipo no tiene respiro.
Los trazos iniciales de la tira parecen apuntar más al entretenimiento puro que a la clásica pintura, con mensaje, del mundo adolescente. Los “héroes” con superpoderes corresponden narrativamente al género de aventuras y Supertorpe, afortunadamente y en su medida televisiva argentina, así parece entenderlo.
Fuente: Clarín
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